martes, 27 de noviembre de 2018

El fin de una era

Hoy ha sido la despedida del penúltimo compañero que me queda de los que estábamos cuando yo llegué a la empresa. La semana que viene toca la mía. 
La empresa que dejo no es la misma que en la que entré. Ha habido un cambio de nombre y muchos cambios internos en estos casi siete años. Fue el lugar en el que me abrieron la puerta a trabajar en Alemania y donde sentí que había tenido la suerte de encontrar un sitio tan agradable como el que tenía en Madrid, con un equipo que estaba dispuesto a echar una mano, una partida de futbolín y los cafés que hicieran falta.
He pasado de decir las primeras semanas "en mi equipo no hay más extranjeros, solo un francés" a descubrir que somos un tercio de los ingenieros (aunque no de los jefes) y a aprender a pronunciar apellidos de muchos países que antes me sonaban muy lejanos.
Ahora mismo sufro de Graduation Goggles. Todo me parece de rosa, no está tan mal.
Por desgracia me voy porque no era feliz. Y ya se sabe, lo que no te hace feliz hay que apartarlo. Ya bastante tengo en casa como para que no me motive ir a trabajar.
Los compañeros han vuelto a ser de lo mejor, en eso no hemos perdido el encanto contratando, y la situación no podría venirme más a la mano, diez minutos andando al trabajo o cinco minutos en bici, cruzando un parque, es un lujo.
Pero ahora toca cerrar una etapa y abrir otra, salir de la zona de confort. ¿Trabajaré de verdad para el Transrapid? ¿Me compraré toda la ropa morada en vez de roja? ¿Cómo serán mis compañeros?
Solo el tiempo lo dirá. pero una cosa está clara, he aprendido mucho en estos años y sea como sea, un cambio es una oportunidad. Y los trenes siguen siendo muy chulis.

lunes, 26 de noviembre de 2018

¿Por qué es importante hacer una lista de la compra para el Black Friday y el Cyber Monday?


Está claro que los grandes almacenes tienen que buscar formas de compensar el dinero que no ganan cuando hay grandes campañas de ofertas.
Desde hace un tiempo se viene avisando desde las asociaciones de consumidores (OCU) de que hay precios que suben un poco antes de las campañas del día sin IVA, por ejemplo, para luego poder bajar.
Ahora he tenido la suerte de comprobarlo por mí misma. Hace unas semanas compré una batidora por 66€ usando un comparador de precios (Idealo.de), en una tienda online genérica. Unos días después me aperece el típico banner de amazon donde sale por 70€. Vaya, el precio ha subido para el Black Friday.
Hoy que es Cyber Monday me llega un email avisando de que el precio ha bajado un 5% (al parecer no han cruzado el dato de que ya la he comprado, lo cual me sorprende, pero oye, mejor) y cuando voy a mirar, en efecto, en casi todas las tiendas la batidora ha bajado, incluso hasta 56€, mientras que en amazon ha subido del viernes a hoy a la friolera de 76€.
Así que ahí lo tenéis, ahí está el negocio. Por cada cosa que se compra rebajada, hay un montón de cosas que suben ligeramente de precio estos días.
Conclusión: nada de comprar a lo loco, el exceso de información está ahí para todos. Haced lista de la compra, wish list, o como se diga. Mirad los precios con antelación y aprovechad las ofertas, pero solo eso, las ofertas.
Un saludo consumista. 

lunes, 15 de octubre de 2018

Día de las escritoras (2018)

Diez escritoras que recomiendo para el #DíaDeLasEscritoras 

1. Agatha Christie y cualquiera de sus libros. Uno de Poirot como "Asesinato en el Orient Express" y otro de Ms. Marple  de St. Mary Mead como "Muerte en la Vicaría" o "El caso de los anónimos".


2. Arundhati Roy con "El dios de las pequeñas cosas", ambientada en la India y que abarca el tema de los intocables. Un antes y un después para mí en lo que significa la palabra "literatura". 

3. Ana María Matute con "Olvidado rey Gudú".

4. Kressmann Taylor, escritora con pseudónimo masculino, con "Address Unknown" ("Paradero desconocido") o "Day of no return" ("Viaje sin retorno"). Gracias a Molinos por la recomendación en sus Lecturas encadenadas.

5. Alexandra Marinina con los crímenes resueltos por la inspectora rusa Anastasiya Kamenskaya, empezando por "Los crímenes del balneario"

6. Lorena McCourtney con su señora mayor Ivy Malone que se encuentra los crímenes a su paso al más puro estilo de "Se ha escrito un crimen". El primero de la serie es "Invisible".

7. Sheryl Sandberg. Entra en otra categoría, pero hay que leer "Lean In" ("Vayamos adelante") al menos una vez en la vida. 

7. Tina Fey con "Bossypants". Este libro va encadenado con el anterior. Para mí fue el descubrimiento de que las mujeres de pelo castaño también existimos. 

9. Fátima Casaseca con "Una mamá española en Alemania", por razones personales obvias. Pero abre el momento en que las blogueras en España pasaron a publicar libros por aclamación popular.

10. Marie Kondo. Con su método Konmari descrito en el libro "La Magia del orden" creo que ha hecho mi vida un poco mejor.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Y, de repente, 34

El último año se podría describir de muchas formas, pero si tuviera que elegir una palabra sería: difícil.
Mañana ya es jueves y me recuerdo va bastante embarazada y sin saber que ya no iba a volver a trabajar en lo que quedaba de 2017.
A pesar de lo lento que han pasado los meses, la edad no perdona, y en todo el tiempo no me he acostumbrado a pensar que tenía 33 años, incluso siendo un número capicúa o la edad de Jesucristo. A ver si con los 34 años se me da un poquito mejor la cosa. 
He aprendido que hay que celebrar cada momento, estar orgullosa de la edad a la que se ha llegado, relativizar los problemas y que lo que se dice en la lotería de Navidad es verdad. Lo más importante es la salud. El dinero garantiza tener un mejor acceso a la sanidad, pero no puede comprar la salud.
También he recordado que los niños vienen cuando quieren y que un embarazo deseado siempre viene en el momento perfecto, porque si hubiera que elegirlo nunca vendría bien. 

Somos unos privilegiados, por nacer donde nacimos, con los padres que hemos tenido, por poder estudiar lo que estudiamos y vivir donde vivimos. No hay que olvidarlo y hay que ser agradecida con lo que se tiene. 
Al año que ha empezado solo le pido una cosa, y por ahora parece que vamos bien encarrilados. Abriremos nuevos caminos y seguiremos disfrutando de ser uno más en la familia. 
Y quién sabe, después de un verano perfecto, igual nos respeta el invierno. Por pedir, que no quede. 
Por si aún quieres hacerme un regalo, puedes donar aquí:
Care-For-Rare Foundation, fundación para las enfermedades raras del Haunersches Kinderspital

Una canción:

miércoles, 23 de mayo de 2018

Cosas que ya no me molestan de tener perro

Hace ya cuatro años que tenemos a Asche y me he dado cuenta de que ya hay cosas que me parecían negativas de tener perro y ahora me dan igual o me compensa más tenerla de lo que me molestan.
Aquí una lista:


Cosas que ya no me molestan de tener perro:

- El olor a perro.
Cuando cogimos a Asche, una de las primeras cosas que le dije al Marommo es que el olor a perro me disgustaba.
Él dijo que a él no solo no le disgustaba sino que le gustaba, le daba cariño.
Pensé que estaba loco.
Ahora me gusta el olor de mi perra. Porque no es cualquier perro, es la mía y la quiero y me gusta un montón achucharme con ella.

- Recoger mierdas de perro.
Antes me daba bastante asco eso de ir con la bolsita. Y no pensaba en que los perros también vomitan.
Ahora además es que tengo hijos.

- Salir a pasear al perro de dos a tres veces al día.
Antes creía que un perro me quitaría mucho tiempo y eso me agobiaría.
Ahora soy una yonki de salir. Si no salgo dos horas al día a la calle, empiezo a ponerme nerviosa. Aunque cada vez sea más complicado por el resto de la logística, ya no me importa ni siquiera salir a las once de la noche, lloviendo, para que haga el último pipí. En cualquier caso siempre eso es mejor que a las seis de la mañana.

- Los pelos.
Eso en realidad ya no me molestaba tanto. La gata vivió 17 años y yo lo recuerdo mucho peor porque era imposible que no se subiera en todos lados y la cogíamos encima.

- La playa.
No poder ir a la playa tanto rato teniendo perro, echar el día como antes, es lo que peor he llevado. Sin embargo, he aprendido a apreciar los paseos por alrededor y el ir con ella a las playas donde se puede.
Lo que sí me gustaría es que la gente no fuera una guarra y no dé razones para que las playas donde se pueda sean lo peor, hasta tal punto de que sean de bandera roja permanente donde es peligroso hasta acercarse al agua.


Cosas que aún me molestan de tener perro:

- El olor a perro mojado.
¿Te molestan los pedos? ¿Dejarías de tener pareja porque en algún momento se tirará pedos?
Pues con un perro es así. Sabes que cuando se moje olerá mal, pero va en el paquete. Luego se seca y la vida vuelve a la normalidad, pero molestar, molesta.

- Pisar una mierda de perro.
No por tener perro esto deja de molestar. Las mierdas que la gente no recoge de sus perros son lo peor que nos pasa a los dueños de perros, porque nos deja a todos mal y demuestra lo guarra que es la gente.
Eso sí, mi perra aún no caga cristales y ya la hemos tenido que llevar cuatro veces de urgencia por cortes con restos de botellas o jarras de cerveza, así que la gente es guarra tenga o no perro.

- Que me chupe un perro.
Reconozco que con la mía tengo una cierta tolerancia si hay algo de roce, pero sigo sin ver lo de darse besos con el perro o que me chupen en general. Por ahí no paso.


No sé exactamente cómo hubiera sido tener un perro en Madrid, pero desde luego tenerlo en Múnich ha sido muy diferente. 
Poder salir al parque y llevarla suelta (no siempre debiendo, hay que reconocerlo), llevarla a restaurantes, al lago, con la bici... Cada vez que vamos de vacaciones encontramos nuevos sitios donde ir con ella y se disfruta también un montón, pero no es igual. 
Aquí no tengo que preocuparme tanto de que a la gente le dé miedo, generalmente pasa solo con los niños.
Lo que sí tengo claro es que al principio era de él y ahora somos todos de ella 😃

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Y así era: La vida en un minuto

martes, 20 de febrero de 2018

Reflexiones a medianoche: el espíritu aventurero

Cuando llegué a Múnich hace seis años, una chica que llevaba ya tiempo, y ahora es una buena amiga, me dijo que ella había dejado prácticamente de juntarse con españoles porque todos se volvían.
Ahora acabo de darme cuenta de que de la gente que conocí justo cuando llegué, aún no se ha ido ninguno. De hecho, la mayoría han empezado a tener hijos aquí.
¿Qué ha cambiado? ¿De verdad este espíritu aventurero va a tener solución?

miércoles, 3 de enero de 2018

Año nuevo, teta nueva

El otro día vino a verme un amigo con el que no tenía contacto desde hacía mucho. Resultó que apenas sabíamos el uno del otro, pero al menos él a través del blog había podido ir siguiéndome un poco la pista. 
Ahí me di cuenta de la panzada de tiempo que hace que no escribía una entrada nueva. 
Supongo que el final de año de 2017 se podría resumir más o menos rápido.
He tenido un hijo nuevo. Mi hijo mayor no está bien. Tampoco hay que montar un melodrama, pero digamos que el último trimestre no ha sido el más feliz de nuestras vidas. Por suerte ya parece que vamos saliendo del bache y nos podemos centrar en disfrutar del pequeño gordito que no para de coger peso a base de teta, y de buscar un equilibrio con los dos hermanos y la perra. 
Como decía una amiga, durante algunos días fue el bebé más ignorado durante su embarazo, así que habrá que ponerle remedio ahora que está fuera. 
No sé si llegaré con él también a los 20 meses, es demasiado pronto para saberlo, pero al menos lo intentaré.
Y sólo espero que poco a poco la gente deje de preguntar: «¿Y la niña para cuándo?». Porque todos sabemos que esto es Ley de Murphy y hay familias muy numerosas buscando precisamente la variedad que no llegaba.
A todos, feliz 2018. Que nos traiga mucha salud y mucha fuerza. 
Y gracias a los que habéis estado ahí estos meses.