A mitad de camino entre los viajes y la vida diaria, aquí estoy de nuevo por fin en Aachen.
Como hace tanto que no actualizo, haré un breve resumen (como si yo supiera hacer eso!!!).
En Semana Santa estuve en Berlín con mis padres, genial. La ciudad es enorme y preciosa, y echaba mucho de menos hacer un viaje con ellos.
No es sólo por tener dinero pá ver las cosas, sino porque en el fondo en dosis pequeñas son adorables
Desde luego no me esperaba la ciudad así, creía que iba a ser todo como en los años 50 y no claro, tiene también sus rascacielos y todas esas cosas.
Volveré algún día, eso me ha quedado claro.
Ahora lo echo de menos…
Y aunque en medio fui a clases, los alemanes cabrones me quitaron la mitad y estuve dos días sin tener NADA que hacer, así que cogí y me fui a Dresden a ver a Berta y comprobar que rebellin Erdbeere controla bien aquella zona J
Está contenta, sana y salva, y por lo que vi, van a estar comiendo de barbacoas hasta que el colesterol les salga por las venas, jijiji
Así que volví a la presentación de una asignatura, Entrepreneurial Finance, que no sé pronunciar todavía… y me fui de viaje con Zoraida, Borja, David y Lidia. Ah no, que A MÍ me llaman Lidia… nunca lo entenderemos, verdad?
Hemos visto Múnich, el castillo del rey loco de Neuschwanstein, el modelo del Transrapid (tren magnético), omnibuses (O-Bus en alemán), la ciudad olímpica, Salzburgo, que los trenes cuanto más antiguos mucho más cómodos, y Viena en toda su extensión.
Han sido unos días muy largos y muy intensos, pero ha merecido mucho la pena.
Ahora me toca la welta a la vida “real”, en la que he suspendido 3 asignaturas de las 5 que tenía que hacer este cuatrimestre, y ahora tengo que hacer dos revisiones a ver si rasco algo.
En fin, c’est la vie!
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