Ya de vuelta al curro, menos sol, más gente, pero a las puertas de las vacaciones, que siempre anima bastante.
Milano, Torino, Lago Maggiore y Verbania, autopista, palmeras, pizza, pasta al pesto de bote, al frutti di mare, piadine, cócteles, coccinellas, los Capuchinos, y muchas risas.
Nos faltó La última cena (sí, hay que reservar con tiempo...), la Sábana Santa, la excursión en barco y que nos pillara un revisor, pero bueno, esto último mejor que mejor.
Da gusto viajar por el norte de Europa, con tanto parque, tanto castillo y tanta tranquilidad.
Si aquí hubieran guardado los tranvías, viviríamos mucho más acorde con nuestro entorno, de eso estoy segura. A lo mejor no tendríamos que hablar de decrecer, y sí simplemente de mantenernos.
Al final tendremos muchas fotos, muchos macros, y un montón de recuerdos, además de la posibilidad de añadir a nuestro curriculum "Italiano - Nivel básico", y tirarnos el pisto confiando en que las palabras más difíciles que nos toquen sean "Il Duomo", "piede" o "culo".
Eso sí, unos anfitriones como estos son difíciles de encontrar, habrá que repetir.
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