Estas son tan sólo las segundas gafas de sol que me compro, bueno, que me regalan, desde que soy adulta.
Hubo dos más, unas casi negras para mis tiempos de médicos y unas para la Sierra, cuando era guay y esquiaba, pero nunca fueron de tanto uso.
El caso es que perdí las anteriores en la boda, aunque espero recuperarlas, pero ya era hora de evolucionar.
Así que para eso están las vacaciones, para echar la tarde en tontás como esta.
Tulou: tu familia es tu fortaleza
Hace 2 meses
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