Bueno, rebelión rebelión no fue, más bien fue una fiesta (no van a ser los de la JMJ los únicos que pueden celebrar cosas) en la que protestamos más o menos sosegadamente contra la pobreza en el mundo, y reclamamos que se cumplan los Objetivos del Milenio (ay, qué cerquita está ya 2015 y qué lejos estamos de ellos) y que se erradique la pobreza y se garantice el acceso universal a los servicios básicos.
Este año hubo menos gente, al menos cuando llegué yo, que cuando ha sido manifestación, pero también es verdad que hubo más público foráneo, por aquello de ser una plaza, y creo que eso es mejor. Porque al fin y al cabo, los que estamos convencidos (sensibilizados es la palabra correcta) no necesitamos ir, que nos lo recuerden de vez en cuando sí, pero ya está, pero lo importante es que la gente se acerque y vea que tampoco se pide el oro y el moro, que es más bien no aplastar a los demás para que se hundan más, y dejarlos vivir.Y bueno, por último decir que la gran diferencia es que no estuvimos solos. Otros años al ser manifestación parecía que sólo estaba ISF (ahora ONGAWA, Ingeniería para el Desarrollo Humano), Intermón, y algún loco suelto de Amnistía Internacional. Pero no, este año cada uno traía su chiringuito. Que si cooperantes por África, que si contra la precariedad del empleo, a favor de la mujer, que si Madrid rumbo al Sur, bueno, ahí cada loco con su tema.
A mí lo de las cajas de pizza me gustó mucho, aunque a cada uno le gusta hacer publicidad como puede, pero en general todos se lo curraron mucho, y la gente parecía bastante alegre. Sobre todo había un montón de padres con niños, y no como los que he visto hoy que estaban con la cuidandera, sino de paseo tomando el sol, con su chapita y su banderola.
Así que aquí os dejo lo que más me toca, lo del Agua, para ir abriendo boca para marzo.
Este año hubo menos gente, al menos cuando llegué yo, que cuando ha sido manifestación, pero también es verdad que hubo más público foráneo, por aquello de ser una plaza, y creo que eso es mejor. Porque al fin y al cabo, los que estamos convencidos (sensibilizados es la palabra correcta) no necesitamos ir, que nos lo recuerden de vez en cuando sí, pero ya está, pero lo importante es que la gente se acerque y vea que tampoco se pide el oro y el moro, que es más bien no aplastar a los demás para que se hundan más, y dejarlos vivir.Y bueno, por último decir que la gran diferencia es que no estuvimos solos. Otros años al ser manifestación parecía que sólo estaba ISF (ahora ONGAWA, Ingeniería para el Desarrollo Humano), Intermón, y algún loco suelto de Amnistía Internacional. Pero no, este año cada uno traía su chiringuito. Que si cooperantes por África, que si contra la precariedad del empleo, a favor de la mujer, que si Madrid rumbo al Sur, bueno, ahí cada loco con su tema.
A mí lo de las cajas de pizza me gustó mucho, aunque a cada uno le gusta hacer publicidad como puede, pero en general todos se lo curraron mucho, y la gente parecía bastante alegre. Sobre todo había un montón de padres con niños, y no como los que he visto hoy que estaban con la cuidandera, sino de paseo tomando el sol, con su chapita y su banderola.
Así que aquí os dejo lo que más me toca, lo del Agua, para ir abriendo boca para marzo.
Por cierto, los actos duran toda la semana, celebrando la Semana de Movilización contra la Pobreza y terminan el día 17 de octubre que es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, aunque este año podríamos llamarlo el Día Internacional de los Recortes a la Ayuda Oficial al Desarrollo.
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