Cuando normalidad significa Oktoberfest, claro.
No conté la segunda parte de las vacaciones y la verdad es que debería. Viaje a Madrid, experiencia única, visita a Toledo, barbacoa en familia para celebrar la boda en la meseta manchega, noche sin dormir apenas y vuelta con Ryanair (sin incidentes) al fresco de Múnich.
¡Ya ha llegado el otoño!
Siempre hubiera pensado que la mejor época para tomarme vacaciones eran julio y agosto, pero no. Desde luego es mucho mejor alargar el verano en septiembre y luego disfrutar aquí del veranillo de San Miguel para el final de mes y el comienzo del Wiesn.
Ahora quedaba coger nuevas tareas y empezar a cumplir las metas adquiridas, y a ello me he puesto. Claro que con la desgracia de que no todo el mundo estaba tan motivado como yo y en estas tres semanas se han debido dedicar más a otros menesteres y a irse de feriantes al InnoTrans que a otra cosa.
Por lo pronto mañana tendré que quedarme en casa a esperar si me mandan tareas. Y si no, pues qué remedio, habrá que terminar con toda esa cerveza.
Datos: El Oktoberfest en cifras (alemán)
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar