Hoy hace un día espectacular, sol pero fresco. Y sí, lo digo porque me estoy volviendo medio alemana.
Seguramente hace tres vemos hubiera dicho que un tiempo como éste ni es verano ni es ná, con una mínima de 16°C y una máxima de 23° C.
Pero será por la ola de calor o por el embarazo, el caso es que por fin ha regresado, aunque sigue haciendo bueno, y por fin se puede dormir bien y estar en casa en manga corta con las persianas subidas y la puerta de la terraza abierta.
Este fin de semana nos ha tocado bricolaje, no para el cuarto del niño, sino terminar lo que quedaba de la cocina que llevaba meses pendiente. Y es que ya se sabe, lo que no hagas el primer día después de empezar una reforma, no se hace nunca. Pero en este caso por fin nos hemos puesto.
Lo demás ya vendrá, al fin y al cabo creo que ya tenemos cosas de más y no de menos.
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