44 días después, sin saber nada de España, por fin encuentro El País en la Düsseldorf Hbf (Estación principal) y me lo compro pa no aburrirme en el tren a Aachen.
Yo, ilusa de mí, me esperaba que tras la emoción de leer algo en español, vinieran noticias sorprendentes de allí. ¡Y tanto!
La misma MIERDA de siempre, pero mucho peor.
Está claro que la distancia difumina las cosas y las hace más agradables en el recuerdo, porque me he echao a llorar de la decepción, de ver que las cosas siguen igual, y de ver que la ilusión de esperar que hubiera alguna buena noticia, que por fin algo hubiera cambiado a mejor, o simplemente que han sacao a un lince de un cepo (por decir algo típico de un noticiario de La 2 aunque sea), pues que no, que es una mentira que nos crea la mente pa que al separnos de nuestra "tierra" nos dé morriña.
Porque a mí no me gusta hablar de política, ni discutir, porque ya sé que no vale para nada. Que desde que naces tu entorno te hace ser de una cierta forma, y es como la religión, que nadie va a poder convencer a nadie.
Pero no puedo entender a los asesinos. Porque la gente que mata, son asesinos, ¿no? Da igual el país, la raza o las ideas que defiendan.
Y me he dado cuenta que la libertad no existe. ¿A mí qué me importa lo que diga un tío a 20 horas de distancia? Pues me importa, si es el presidente de mi imperio, y da igual que compres un periódico español que uno alemán, que en la portada aparece la misma anécdota.
En fin. Para terminar, y ya que estoy un poco harta del tema, que desde que me he venido de Erasmus no paro de escuchar nacionalistas a mi alrededor, cosas de las lenguas (¿os imagináis lo mismo entre gente de otro país? ¿lo entenderíais?), que si en mi pueblo se hace así y en el tuyo no, pues tengo una pregunta:
Si el País Vasco y Navarra no es España, si los catalanes no se "sienten" españoles, ni los gallegos quieren ser españoles, ¿qué coño es España?
Y más aún, eso me deja en una sola respuesta: sin que lo sepamos, en realidad España es ni más ni menos que el Reino de Granada, que se extiende hasta el norte.
Nosotros que pensábamos que desde 1492 las fronteras habían cambiado, y no. Todos seguimos viviendo en siglos atrás. Uno no es de donde dice su pasaporte que es, sino de donde se "siente" que es. A mí que me lo expliquen. Que cuando lleve más de 17 años fuera de Graná, alguien venga y me convenza de que soy de algún sitio, porque me sentiré fuera de muchas conversaciones cuando ya no pueda decir "pues nosotros..."
Hala, ya me he desahogao. Y al que le pique, que se rasque.
Y lo pongo en color Unión Europea. Porque eso es lo que somos. A ver cuándo llega el día en que ésa sea nuestra respuesta a "Woher kommst du?"
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