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La verdad que hoy me ha partido el corazón esta noticia. Normalmente estoy demasiado acostumbrada a firmar las peticiones de Amnistía Internacional sin prestar mucha atención al curso de los acontecimientos, porque sé que tarde o temprano recibiré un correo diciéndome que "Enhorabuena, hemos salvado la vida de" o que una mujer no ha sido lapidada.
No me esperaba en absoluto abrir el correo y que fuera todo lo contrario. Que a pesar de haber dudas razonables sobre su culpabilidad y que 7 de los testigos implicados en el caso hayan cambiado sus versiones, se haya ejecutado a Troy Davis.
Y no puede ser más típico. Negro, pobre y mezclado con problemas con la policía. Casi parece una novela o una mala película de después de comer, pero no, es la realidad.
Así que repetiré su nombre, para que no se nos olvide que Troy Davis fue una persona de verdad, que se equivocó pero que estuvo en sitio equivocado y el momento equivocado, y eso le costó la vida. En EEUU y en el siglo XXI.
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Blog de Amnistía Intercional - Yo también soy Troy Davis
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