O bien podría llamarse esta entrada Vuelva usted mañana, en honor a
Mariano José de Larra, que tan bien retrató la burocracia española allá
por el 1833, antes de que Astérix nos demostrara que no sólo en España se cuecen habas, y que a peor podríamos ir.
La era digital la llaman. ¡Ja! Me río yo en la cara del que se atreva a decir que el intenné ha facilitado las cosas. No señor, lo que ha hecho es engañarnos para que creamos que podemos hacer las cosas desde casa y al final que tengamos que ir el último día en persona a resolverlo, y encima pidiendo casi que favores y suplicando para conseguirlo.
Si me hubiera pasado con un único trámite diría "psé, mala suerte, otra vez saldrá bien", pero no. Es con todo. Con el paro, con el padrón, con las cotizaciones, con el fin de contrato... No ha habido una sola cosa que haya podido resolver de una tacada. Unos fallaba el envío por internet, otros ese trámite justamente no se puede hacer on-line, otros pida usted cita. El caso es que una intenta hacerlo bien, no molestar, no generar colas, y al final acaba a las 12 de la noche desesperada y pensando que al final tendrá que ir a vérselas con una buena señora que la atienda y tenga el buen corazón de resolvérselo.
Menos mal que por algún lado tenía que estar la suerte y he encontrado un pisito para el primer mes. Y como buena gente hay en todos lados, hasta me ha dado para rechazar otro que me habían ofrecido en la empresa de una amiga de una amiga.
En fin, esperemos que esta estampa se repita menos en el país germano. Y si no, pues ya voy bien bien entrenada.
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