Por un lado, esta semana se ha confirmado que no me voy un mes en verano a salvar el mundo. Y por otro, hoy me han dicho que el circo anda muy mal y que será mejor que piense en volar a otras latitudes en septiembre.Sorprendentemente, la primera noticia me rompió el corazón, mientras que la segunda me ha dejado bastante tranquila. Supongo que es porque de una tenía aún la esperanza de que quedaran plazas libres, o al menos suplencias, y de la otra llevo tanto tiempo haciéndome a la idea y, casi, deseándolo, que sorprenderme sería una hipocresía.
Eso sí, no puedo dejar de olvidarme de la famosa cita:
Hiere más a quien se quiere, que aquel del que sólo mal se espera.Por suerte, ya estamos a jueves, mañana viernes, fin de semana, y algunos planes por delante. Estoy tranquila, sosegada, lo que tenga que venir vendrá, y quién sabe, lo mismo que se empieza una etapa con ilusión, espero terminarla con más ganas si cabe, ahora que ya ha pasado lo peor de este año.
Por cierto, siempre puede que me entre en algún momento "la ceguera del baile de graduación", pero gracias a Jau Ai Met ya estoy avisada.
El mundo va a seguir ahí el año que viene para que lo salves. Y hay que perderle el miedo a volar, al principio cuesta y se está calentito en el nido, pero hay que volar.
ResponderEliminarGracias por los ánimos, seas quien seas.
ResponderEliminarHE despertado helada por el frío y he visto que el cielo estaba lleno de nubes, me he puesto a hacer lo mio y cuando me he dado cuenta otra vez el cielo azul y el sol calientito.
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