No sé si es porque ya había estado en el Doku Zentrum de Núremberg, o porque este año me he leído ese libro imprescindible que es Sonderkommando (recomendación, cómo no, de Niño Desgraciaíto), o simplemente porque este campo de concentración no está expuesto de forma que toque innecesariamente la fibra sensible.
El caso es que lo vimos y salimos de allí bien. No es que lo que pasó allí no sea terrible, pero creo que la exposición está heha de una forma tan objetiva, tan impersonal o tal vez con tanto tacto, que no quieres irte llorando por las esquinas. No vimos el vídeo completo, pero sólo con las imágenes finales de la liberación del campo cuando llegan los americanos ya es bastante sobrecogedor.
Luego durante el día anduvimos un montón, para ir y para volver, nos llovió y nos hizo frío, vamos, todas esas cosas que te ayudan a imaginarte lo malo que tenía que ser estar allí con el pijamita ese.
La verdad que les gusta mucho repetir lo de que el trato era inhumano, y no estoy de acuerdo. Humano fue, pero de humanos muy malo. Es como decir que toda la gente mala está loca. Pues no, es mala y ya está. Ellos sabían perfectamente lo que hacía, y bien que dedicaron un esfuerzo enorme a planificar como llevar a cabo su plan de atrocidades.
Dentro tienen 3 monumentos religiosos, católico, protestante, judío y
ortodoxo, lo que me sorprendió bastante. Recuerdo que al leer Opiniones de un payaso me chocó mucho la relación que había entre los nazis y el ser católico o protestante, yo nunca lo hubiera imaginado.
Eso sí, lo que más nos sorprendió a las dos es que este campo lo constuyeron en 1933 y ese mismo año entraron los primeros prisioneros. Siempre habíamos pensado que esto había sido cosa de la Segunda Guerra Mundial, pero no. Ya lo empezaron a hacer antes, y bastante antes, como que 6 años estuvieron sin que nadie abriera la boca.
Esto te hace pensar que la intervención de EEUU, dentro de lo que necesaria que fue, no tuvo nada que ver con las barbaridades que hicieron sino con el hecho del imperialismo en sí. Es muy triste, sobre todo porque se pueden ver reportajes de periódicos extranjeros de la época, exaltando lo maravilloso de los campos de trabajo donde lo peor de la sociedad podía reconducirse y trabajaba en muy buenas condiciones al servicio de la recuperación alemana. Y eso, tan sólo viendo las instalaciones, deja mucho que desear del periodismo internacional.
Por cierto, y para terminar, hablando de la recuperación alemana, Hitler prometió sacar a Alemania de la crisis y lo hizo. "¿Y cómo?", nos preguntamos. Pues nacionalizando, interviniendo en todas las empresas alemanas y poniendo a todos los putos alemanes a hacer armas o coches. Pasaron de un 30,8% de paro en la década de 1920 a un 1% en 1938. Acojonante.
En una presentación que encontré sobre La economía en el periodo de entreguerras (1918 - 1939), viene en la diapositiva 20 una grafiquita monísima con la evolución del PIB de varios países en esa época, y es impresionante cómo se ve claramente un cambio de tendencia en 1933 nada más subir Hitler al poder. El tío era una gran hijo de puta, pero desde luego sabía lo que hacía.
Bueno, hoy para compensar me he dedicado a cosas de mujeres. No, a cambiarme el tampón solamente no, me refería a teñirme el pelo, poner lavadoras y limpiar. Lo necesitaba, de cuando en cuando dedicar un día al marujeo viene bien.
¡Que tengáis buena semana!
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