viernes, 19 de abril de 2013

En Graná con vacaciones retrasadas

Qué bonica es mi Graná
Este año la Semana Santa nos pilló un poco a traspié. El Marommo había empezado a trabajar en febrero, bueno, a final de enero, y aún no sabía cómo iban a ser en la obra con lo de las vacaciones, y yo soy una rata y si miro los vuelos muy tarde me asusto porque valgan 350€ y haya que parar 8 horas en Barcelona. Tiquismiquis que es una.
El caso es que decidimos quedarnos en Múnich y disfrutar de los cuatro días libres haciendo todas esas cosas pendientes que teníamos (Augsburgo, Regensburg, etc). Luego nevó y no hicimos nada, bueno, quedarnos en bolas en la sauna nada más, pero eso es otra historia.
Al final me dio el volunto y cogimos un vuelo para venirnos una semana un poco después y ver a la familia, que si no ya hasta verano nada. Y luego en verano hay una boda, y en agosto una sobrina... que se iba a alargar la cosa y como nos descuidáramos al final de navidad en navidad.
Luego vino lo de irnos de vacaciones. Por si no lo sabéis, hay gente que se va tres semanas seguidas de vacaciones por ahí, ¡y no es a ver a la familia! Yo tampoco me lo creía, pero lo he visto en mis Kollegen alemanes e imagino que no todos mienten.
Así que como éste es el primer año que trabajamos los dos, y nos pagan por ello, en la historia del mundo, hemos decidido cogernos unas vacaciones. Entre familia y familia nos quedarán sólo dos semanas, pero menos es nada. Ahora queda decidir si Escocia o Vietnam, aunque ya eso da lo mismo. La cosa es irse por ahí, y que no nieve, ¡por dios!

Ahora en Graná bien. Va a ser una visita rápida y movida, como siempre. Tres días en la ciudad, dos días en la playa en Almuñécar "por ti, para que veas el mar", y como me descuide dos días en La Línea. Aunque eso está por ver, creo que hay un cupo de no deshacer la maleta que puedo soportar.
Con un poco de suerte veré a casi toda la gente que tenía previsto ver, e incluso a algunas sorpresas, y me volveré como siempre más cansada de lo que vine.
Un saludo a todos los que no he podido ver y un besico. Que el solano que me estoy comiendo me perdone.

domingo, 14 de abril de 2013

miércoles, 10 de abril de 2013

Perdidos en mitad de los Alpes

El trineo a la mañana siguiente
Este fin de semana nos fuimos por segunda vez a una Hütte, esto es, a una cabaña perdida de la mano de Dios en mitad de la montaña rodeada de nieve.
El caso es que como la escapada estaba planeada para abril (por un problema con la reserva), en un principio estábamos un poco tristes porque ya no iba a haber nieve. Claro, que luego con el invierno que había nos pusimos contentos, ¡porque para entonces ya no iba a haber nieve!
Pues nada, si no quieres caldo, toma tres tazas. En este caso, de nieve.
Y de niebla, porque vaya tela con la niebla. Ha habido días peores, como cuando subimos a la Rodelbahn de Blomberg a tirarnos con el trineo, pero esta subida de dos horitas no estuvo nada mal tampoco.
No diré que en la subida me lo pasé bien. Lo pasé fatal, me moría, me palpitaba la cabeza, y fui un coñazo y luego estuve supercabreada por dejarme engañar. Luego lleva razón Andreonci que se pasa un poco, y lo recuerdas todo más bonito, y el rato en la cabaña y eso, pero creo que lo de ir con el grupo de los rápidos no fue buena estrategia. Aunque el Marommo necesitara llevar a rastras dos trineos para estar casi igual de cansado que yo, no quita que no estoy en forma. Para nada.
Luego en la cabaña muy bien. Aunque éramos más españoles nos mezclamos más con la gente, ya que allí había otros españ... perdón, catalanes. Hasta Berto Romero, sin ir más lejos.
Jugamos al Bang, bueno, enseñamos a jugar al Bang, porque cada vez había alguien nuevo, pero moló. Bebimos cerveza, que alemanes muy majetes subieron en cajas desde la otra cabaña. Nosotros hubiéramos pensado en subir cada uno un par de ellas, pero no, ahí ellos y algún ambientado, subiéndolas a pulso. 
También tomamos chupitos, y comimos chile vegetariano (sin carne, vamos, y con tofu) y lentejas, ¡muchas lentejas!
De lo mejorcito, eh? Quién iba a decir que era algo tan fácil de preparar y reconfortante.
La cabaña no tenía agua caliente, ni ducha, la calefacción y el fuego de leña, y las camas estaban juntas a cholón. Alguno se llevó un abrazo indeseado y echó de menos alguno deseado ;)
Luego la bajada en trineo genial... culeando, con ondicas. Muy entretenida, vamos. He descubierto que los trineos esos modernos de palo no están tan mal para uno solo, y que lo de frenar tanto con el de madera no es bueno. No mueres, pero se encalla mucho.

Vamos, como experiencia muy bien, pero para la próxima tiene que pasar más tiempo para que se me olvide lo de la subida, o más deporte ;)
Para los valientes, subida a la cabeza del diablo
August-Schuster-Haus (Pürschling-Haus 1564 m)

jueves, 4 de abril de 2013

Desnudándonos en la sauna

El lunes, después de una Semana Santa sin poder asomar prácticamente la nariz a la calle por el frío y la nieve, nos fuimos a las termas del Schliersee.
Esto es lo que en España comunmente se llama un balneario, o modernamente un spa, porque para mí termas tendría que ser que fueran de agua caliente natural y aquí no lo son. Están al lado de un lago que se ve desde una de las piscinas al aire libre (pre-cio-so) y tienen una parte con saunas, pero no huele a huevos podridos ni nada. La piscina de fuera tenía el agua salada, que es curioso y hace que sea más transparente, o eso me pareció, pero el resto son normales.
El caso es que unos amigos de aquí nos invitaron a ir con ellos. Luego resultó que confiaban en nuestra vergüenza y en que no entráramos en la zona de arriba de las saunas. Ay pobres, no contaban con el duro invierno alemán y las ganas de salir A DONDE FUERA después de las excursiones fallidas a Regensburg o Augsburg, aunque queda una visita pendiente de 3 horas a una cervecería, ¡con barra libre!
Así que allí nos fuimos, y al toro. Todos teníamos nuestros favoritos para ganar con el mayor pudor, pero creo que no acertamos. Hubo quien se rajó antes de ir (ejem) y quien no tuvo pudo ninguno (cómo no, el Marommo, que ni preguntar siquiera), pero al final caímos. Bueno, de alguno no puedo corroborarlo, pero me lo tendré que creer.
Es una sensación muy curiosa la priemra vez. Bueno, puede que las siguientes también, ya veremos, jeje. Entrar en un sitio donde la gente está desnudica, apilada sentada en bancos de madera, mirando a la puerta (o a la lumbre) y sudando como cerdos. Da un poco de mal rollo, como si estuvieran ahí sin quererlo. Luego te das cuenta de que no, de que es queriendo, pero entonces te entra la vergüenza y no piensas más.
Había saunas húmedas, secas, sauna de ducha, baño de vapor, jacuzzi y una piscinilla de agua helada para jurar en arameo pero luego sentirte superbien.
No había lo de pasear sobre las piedras como en Aachen, pero eso ya lo haremos luego en Almuñécar y gratis, que nadie se preocupe. Tampoco había un barco como en el Tegernsee, que también tiene que estar interesante.
Hay cosas que sorprenden un poco. Que hubiera "niños". Los niños niños estaban abajo monopolizando la piscina y el tobogán oscuro, pero arriba había adolescentillos con sus padres, y daba como grima estar con ellos. No sé, como si no debieran estar ahí. En proporción sobrábamos más nosotros, que no estamos acostumbrados, pero claro, es la impresión que daba.
Y muchos pitos, muchas tetas. Lo normal,vamos. He descubierto que las alemanas se depilan mucho más de lo que yo esperaría. Creía que eso del nudismo tiene que ver con la naturalidad, pero no.
En fin, una experiencia más, y muy recomendable. La piel se queda suavita suavita, y el duro invierno se olvida al menos durante unas horas. Hasta que hay que coger el tren de vuelta y de camino se hielan las orejillas :)