Ya se va en 2021 con todas sus cosas buenas y también las malas.
El año que empezó con la esperanza, el de las vacunas para casi todos, el de las mil cuarentenas, con un viaje a España en verano, en el que pasamos el Coronavirus, el inicio del colegio, el jarro de agua fría del bullying, donde aprendimos a pasear a 1°C hasta por un cementerio, en el de los cumpleaños en el parque, el de aprender a nadar, el de recuperar los videojuegos, el de despedir amigos y alegrarte por los que están, el de la primera enfermedad de Asche con su primer susto, el de trabajar poco y dormir poco, el de quedarnos por las mañanas en la cama dando achuchones.
Ahora el 2022 tiene el listón muy alto, muchas emociones y expectativas por llenar.