jueves, 13 de noviembre de 2014

Concierto de Michael Bublé

Dice el Marommo que si todavía tengo un blog. Sí, lo tengo, pero es verdad que hace mucho que no escribo.
Este año estoy muy dejada. El pasado escribía un montón a pesar de que no escribí de lo que realmente me pasaba, sino más bien de todo lo demás.
También hay épocas en las que la situación (política) me hierve tanto la sangre que no me puedo aguantar el dar rienda suelta al flameo y soltar todo lo que se me viene a la cabeza en el blog. Pero ahora mismo se ve que o bien me he inmunizado, o el hecho de que cada día arresten a 30 corruptos me hace tener fe de nuevo en la justicia y pensar que no hace falta que ya lo diga yo otra vez, ya sabemos que todo está podrido. Ay, si las paredes del circo hablaran.
Así que hoy voy a hablar de algo bueno y divertido. Ayer fui al concierto de Michael Bublé por mi cumple. Sí, ya sé que los cumplo en septiembre y estamos en noviembre, pero también las entradas se compraron meses antes y a mí me engañaron diciendo que no quedaban.
Al parecer es una costumbre muy alemana esto de comprar las entradas con muchos meses de antelación. No sé vosotros, pero mirar cuándo salen a la venta las entradas para el Circo del Sol de diciembre de 2015 y decir que si es la semana que viene las pillamos... no sé, en Madrid no lo veía así.
Pero bueno, es como todo, te adaptas y si planificas tu vida a un mes vista en vez de a un día vista, al final es lo mismo. Luego quedas con gente sureña que no sabe hasta media hora si viene o llega tarde, y te descubres a ti mismo desesperándote. O pensando que cómo van a cenar después de las 20.00, ¡con lo tarde que es!
El caso que yo quería hablar del concierto. Fue espectacular. Mejor dicho, fue un verdadero espectáculo. Los americanos saben montárselo de puta madre. Ahí con presentaciones de los músicos como si fueran jugadores de la NBA, diciendo que son los mejores del mundo en lo suyo (todos, hasta los que llevan menos de un año con él) y dando las gracias al final al público por darlo todo, cuando para mí fueron unos siesos que ni disfrutaron de los teloneros negracos (grrrr negracos) ni se sabían la letra de la mayoría (ahí yo tampoco, todo sea dicho) ni lo intentaban disimular.
Lo mejor fue que apagaron las luces una vez y las abuelillas se empezaron a ir. Porque había un montón de abuelillas. No sé si será el nuevo Sinatra, pero las vuelve locas igual.
A mí me gustó mucho él, me sorprendió lo majete que es y la de Photoshop que tienen los discos, porque tan guapo no es, pero se le perdona todo. Hacer el tonto con ese traje y de repente cantar como si todo el mundo debiera tener una voz así de espectacular, es algo digno de ver. Ya me tiene más ganada casi que antes.
Ahora a planificar el próximo. Por si alguien se anima, estos tíos que cantan a capella vienen a Múnich pronto. Eso sí, entrada precio muniqués.
Que se os dé bien la semana, esto sigue abierto.

2 comentarios:

  1. Qué guay! A mí Bubble me gusta bastante. No es Steve Tyrell, pero...

    Me alegra que lo disfrutaras tanto, abuelilla! XDDDD

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    Respuestas
    1. Jeje, no había visto el comentario. Antes lo escuchaba un montón y ya me quedé con ganas de ir al concierto cuando no tenía con quién ;)
      Ahora por suerte en Múnich tengo una amiga a la que le gusta todavía más!

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