viernes, 17 de febrero de 2017

Igualdad para lo bueno y para lo malo

Estoy leyendo la campaña de lo de #AMíTambién y creo que esta vez Barbijaputa no lleva razón.
Si queremos igualdad también tiene que haber Espes, Cifuentes y Hillarys.
Porque no es verdad que las mujeres somos unas pobrecitas víctimas. También somos unas hijas de puta, y eso está bien. 
Si queremos que se nos tome en serio tendremos que estar en todos lados haciéndolo bien pero también haciéndolo mal. Estando, simplemente.
O qué pasa, ¿que si una mujer no hace correctamente su trabajo para eso es mejor que lo haga un hombre? Perdona, pero no. 
Además, ¿quién decide qué está bien? ¿Cuándo sus políticas son suficientemente feministas? ¿Quién promulgaba que Hillary era igual de mala que Trump?
El problema de creer que puede haber otras políticas u otros partidos mejores que hagan políticas más igualitarias es que, si confiamos en la izquierda, nos quedan imágenes como ésta:

¿Dónde están ahí las mujeres?
Por supuesto que preferiría mujeres que no hicieran políticas machistas, pero mientras sí y mientras no, que haya las que se lo ganen. 
Nuestra responsabilidad es que lleguen los mejores, para todos, y dejar de ponernos piedras en el camino.

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