jueves, 15 de septiembre de 2011

Pan de gambas

Habrá gente a la que esto le parezca una tontá, pero desde luego para mí el pan de gambas siempre ha sido ese gran desconocido.
Por supuesto no me refiero al aperitivo en sí, sino más bien a cómo se hacía. Lo he visto y comido mil veces en restaurantes chinos y a domicilio, y últimamente lo había visto incluso en tiendas en bolsas como las de papas fritas, pero nunca me había imaginado que se hacían tal cual y tan fácil.
Para empezar se trata de obleas pequeñas y rígidas. No sé por qué pensaba que cuando compraras la caja para hacerlo sería masa y la tendrías que hacer bolitas, o sería polvito, pero el caso es que es mucho más sencillo que eso.
Lo más importante es que el aceite de la sartén esté muy caliente, como todo claro. Si no, las obleas se irán friendo más lentamente y no se quedarán tan porosas y tan ricas como deberían.
Tienen su gracia cuando se quedan duras, pero no saben a lo que tienen que saber.

Cuando se le va cogiendo el truco la verdad que se fríen en nada, y hay que tener cuidado de irlas sacando rápidamente del aceite para que no se quemen.
Si con la rasera no se es suficientemente rápido, es aconsejable usar unas pinzas que además permiten sacudir un poco cada una y que no se queden con tanto aceite, más que nada por la forma que tienen como de cuenco.
Por último, para que escurran un poco el aceite y se enfríen, conviene ponerlas en un escurreverduras o sobre un papel de cocina, pero que no estén tapadas para que no se chuchurran ni se reblandezcan.
Bueno, la verdad que como lo que más me ha impresionado es la velocidad con la que se fríen y cogen la forma final, aquí os dejo un vídeo para compartir con vosotros este conocimiento.
Claro que si odiáis los spoilers, mejor dejarlo para cuando las hagáis vosotros mismos.

2 comentarios:

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