sábado, 21 de abril de 2012

El piso de mis sueños

Decía una amiga que conforme buscas piso vas bajando el listón y acabas por conformarte con uno que cumpla más o menos la idea que tenías en un principio.
Hoy he ido a ver un piso que me ha enamorao, y he vuelto pensando que era perfecto, pero la verdad es que si reflexiono un poco está claro que sí que he bajado el listón.
Lo primero, es un tercero sin ascensor. Bueno, un segundo y medio porque una calle está más alta que la otra y en intenné ponía segundo. 
Lo segundo es que nada más mudarnos habría una obra de esas de echar abajo el edificio y sí, nos bajarían el alquiler (lo pone hasta en el anuncio), pero no sé cómo de insoportables pueden ser las obras en este país. Claro que al Marommo le va a venir bien para ir haciendo espionaje industrial y enterarse de las virtudes y los defectos de los germanos, pero por eso mismo no sé yo si seré capaz de aguantarlo...
Y lo tercero... no, en verdad lo tercero es que a parte de eso es perfecta. Tiene 3 habitaciones, bueno, 2, porque son alemanes y claro, el salón es una habitación, no? Pues eso, tiene 2 dormitorios muy cuadraícos y muy parejos (y grandes, que con eso mismo podrían ser dos individuales del Johnny), un salón grande, una cocina independiente CON cocina por un módico precio de 100€, un baño medianamente nuevo, un balcón (:D) al que se puede salir y un parqué al que mejor no mirarlo mucho. Ah, y está al lado de mi trabajo.
Pero bueno, ahora la suete está echada y cuando consiga confirmación de que los caseros han recibido mis mensajes del contestador, mi email, o las señales de humo que he mandado al salir, veremos.

martes, 17 de abril de 2012

Vacaciones moviditas

La verdad que esta semana ha sido bastante buena. Normal y buena, e inesperada sobre todo. Empezó como un regalo del cielo en forma de huelga de pilotos de Iberia. Y como todos los regalos del cielo, lo que (Juan de) dios da, dios te lo quita. Así que lo que empezó bien estuvo a punto de terminar mal, o al menos muy coñazamente, el domingo por la tarde.
Que si overbooking, que si colas, que si ahora te indemnizo con billetes, que si ahora no. Vamos, todo el pack. El pack que hace que Iberia tenga la mala fama que tiene fuera de España y que la gente la evite como la peste en cuanto puede. Porque una cosa es volar barato y que te traten regular, y otra volar caro y que te traten mal.

Pero a lo que iba, lo de menos ha sido eso. Lo mejor ha sido ir a Graná, ver el sol, la Sierra, dar paseos por el carril bici y el parque Federico García Lorca, ver a mis padres. Y bueno, pasar una semana en Madrid con el Marommo, claro.
Al final pasa como todo, que quieres ver a mucha gente y al final parece que no lo has conseguido, que no has descansado o que has hueveado, como en mi caso, demasiados días. Pero es que vaciar un piso cuando todavía se va a vivir en él creo que he aprendido que es de lo más difícil. No que lo haya aprendido ahora, no, pero de una vez para otra creo que lo voy a hacer mejor y siempre resulta que no.
Además ha sido una semana muy divertida en otros aspectos. El Féisbus estaba que echaba humo y cada día había una novedad con la que entretenerse. Que si los nuevos presupuestos, que si ahora recorto en Sanidad y Educación, que si el nieto del Rey, que si el Rey, que si el billete de Metro que me río en vuestra cara... En fin, esas cosas que me dan morriña de España y que a la vez me demuestran que he hecho bien en venirme a pasar el temporal. En la vida hay que ser valiente, pero esta vez ya no me va a tocar más a mí.
Y bueno, también fui al circo. No lo voy a repetir, pero me dio bastante pena. No pena en el sentido malo, sino en el sentido de que duele ver cómo gente que vale tanto está tan desganada. Sé que al final seguramente lo superen, allí o en otro sitio, pero el proceso me entristece. Sobre todo cuando ellos no son los culpables de nada.

Y nada, aquí estamos. Con la bici al trabajo cuando no llueve y un litro de cerveza en el cuerpo a la hora de cenar. Luego me decís que en España no bebo. En este país que no conoce la Coca-Cola Zero ni la cerveza sin alcohol, ¿qué esperáis?

lunes, 9 de abril de 2012

Volver a casa

Ya lo he comentado algunas veces, que no te das cuenta de a lo que llamas casa hasta que te vas de ella.
Esta vez iba a escribir la entrada desde Graná, pero me ha parecido más correcto esperar a Madrid que es realmente a donde tenía ganas de volver. No es que con mis padres no esté a gusto, y los paseos, el sol y el cielo azul que hay allí ya lo quisiera para sí la Botella, pero es que aquí es donde vivo. Donde vivía, quiero decir.
Sin embargo no ha sido como otras veces, que me parecía que no me había llegado a ir. Esta vez ha sido diferente, porque sabe a despedida. El jueves por la noche haciendo paquetes y el viernes desmontando cosas, y ahora al llegar la mesa del ordenador vacía y una sensación de "¿qué hacen todos estos bultos aquí?" que le quitan un poco el romanticismo a la cosa.
No me parece que lleve fuera sólo 2 meses, bueno, ya casi 3. Me parece que me he ido un año. Sólo que todo sigue igual. La gente por la calle, los madrileños aparcando hasta en las aceras, el solecico, los bares abiertos. En fin, las cosas que me han hecho pensar "¿y qué pinto yo en Alemania? ¿Y si me quedo aquí y no vuelvo, aunque me muera de hambre?"
Pero sé que es algo pasajero, que es un caso más de Graduation Goggles, y que al final dentro de un tiempo veré así Múnich. Si me lleva un año o nueve como aquí, eso es otra cosa. 
Sniff.

miércoles, 4 de abril de 2012

Estrenando bicis

Pues sí, no una, sino dos. Y es que conocer a gente es lo que tiene.
Llevo aquí dos meses ya, que no es como cumplir años, pero parece que fue ayer y ya va pasando el tiempo, y lo mismo que cuando llegué no sabía a quién llamar ningún día de la semana, ahora me salen planes y hasta bicis por todos lados.
El otro día me dejó María su spare Fahrrad (no sé como se dice de sobra en alemán y aquí las bicis son un ente casi propio), y a parte de la barra asesina no hubo contratiempos. Llegué al curro en un pispás, cansada y con dolor de piernas, pero bueno, como diría el Marommo, ¿qué esperaba?
Y resulta que me vieron y una compañera me preguntó que si prefería una de mujer, que ella se había comprado una nueva buena (800 lereles ahí como quien dice), y que me vendía la suya vieja.

Y vaya si es vieja. Pero me temo que me he enamorao. Hoy he cruzado la ciudad de cabo a rabo y, a parte de haber llegado en un estado lamentable de sudor, no me he cansado apenas. Así que creo que la decisión está tomada.
En verdad no tiene mucho sentido, la que hay en casa de mis padres es del mismo estilo y está infinitamente más nueva y seguramente sea hasta mejor, pero lo dicho, cuando he salido del curro no lo veía y 7,7 km más tarde estaba convencidísima.
Bi-po-lar...

lunes, 2 de abril de 2012

El miedo a la huelga

Hoy he estado leyendo bastante sobre la huelga del otro día. Unos defienden la actuación de los piquetes, indefendible a la vista de los resultados, y otros la de la policía.
La foto de la dependienta acojonada ha dado la vuelta al mundo, y muchos se han llenado la boca de decir que todo el mundo tiene derecho a hacer huelga y también el derecho a no hacerla.
Pues yo creo que no. Para empezar, ¿cuántas de las dependientas que estaban acojonadas en Gran Vía o en Sol lo estaban por los piquetes, o porque habían ido a trabajar porque estaban acojonadas porque las pudieran despedir y los piquetes no estaban sino aumentando encima mucho más tensión de la situación?
Nunca hasta ahora había entendido aquello de mi madre de "hija, hoy ten cuidado que hay huelga y puede haber piquetes". Para mí era algo que ella decía y me sonaba a cuentos de la guerra, al franquismo y la transición, cuando podías perder una asignatura entera porque habías tenido un cuatrimestre de huelgas.
Pero al parecer eso ha vuelto. No sé cuándo, pero desde luego es tercemundista pensar que uno no haga huelga y le destrocen el escaparate y le provoquen ese terror.
Pero tampoco es razonable la otra cara. La cara del miedo. La cara de no hacer huelga porque no se atreve.
Mi entorno desde luego no es muy variado, todos ingenieros en su mayoría, pero puedo decir que ante la pregunta de si iban a hacer huelga o no, las respuestas no fueron desde luego lo que uno podría llamar una elección libre y sana sobre el derecho a huelga.
Es que en mi trabajo como te noten un poco de izquierdas te tildan de comunista para los restos...
Es que en mi trabajo no se me puede ocurrir rechistar, cuando menos faltar...
Es que en mi trabajo lo mismo no voy y al día siguiente no me funciona la tarjeta de acceso...

¿Es que eso es normal? Se puede llamar como se quiera, cobardía, falta de convicciones o todo lo extremos que nos queramos poner, pero tiene un solo nombre: miedo.
Si uno pensara que puede faltar al trabajo y que no pase nada, pero que no pase nada de verdad, otro gallo nos cantaría. Entonces podríamos decir que sólo ha habido un malo en esta historia, el que prende fuego e intimida a los camioneros de MercaBarna o como se llame. Pero por ahora por desgracia hay dos.

En fin, por suerte el resto de impresiones sobre la huelga fueron más del tipo de yo voy a la mani que no trabajo, yo no voy que he emigrado a Alemania, y otras lindeces. Mucho mejor, ¡dónde va a parar!

domingo, 25 de marzo de 2012

Visitando Dachau

No sé si es porque ya había estado en el Doku Zentrum de Núremberg, o porque este año me he leído ese libro imprescindible que es Sonderkommando (recomendación, cómo no, de Niño Desgraciaíto), o simplemente porque este campo de concentración no está expuesto de forma que toque innecesariamente la fibra sensible.
El caso es que lo vimos y salimos de allí bien. No es que lo que pasó allí no sea terrible, pero creo que la exposición está heha de una forma tan objetiva, tan impersonal o tal vez con tanto tacto, que no quieres irte llorando por las esquinas. No vimos el vídeo completo, pero sólo con las imágenes finales de la liberación del campo cuando llegan los americanos ya es bastante sobrecogedor.
Luego durante el día anduvimos un montón, para ir y para volver, nos llovió y nos hizo frío, vamos, todas esas cosas que te ayudan a imaginarte lo malo que tenía que ser estar allí con el pijamita ese.
La verdad que les gusta mucho repetir lo de que el trato era inhumano, y no estoy de acuerdo. Humano fue, pero de humanos muy malo. Es como decir que toda la gente mala está loca. Pues no, es mala y ya está. Ellos sabían perfectamente lo que hacía, y bien que dedicaron un esfuerzo enorme a planificar como llevar a cabo su plan de atrocidades.
También es curioso que se evita como al diablo el poner el nombre completo, Konzentrationslager (campo de concentración) y en cambio se intenta enfocar todo hacia el hecho de que es un lugar para el recuerdo, un Memorial. Como si el hecho de recordar hiciera menos real lo que pasó allí o permitiera poner una cierta distancia entre el visitante y esa época. 
Dentro tienen 3 monumentos religiosos, católico, protestante, judío y ortodoxo, lo que me sorprendió bastante. Recuerdo que al leer Opiniones de un payaso me chocó mucho la relación que había entre los nazis y el ser católico o protestante, yo nunca lo hubiera imaginado.
Eso sí, lo que más nos sorprendió a las dos es que este campo lo constuyeron en 1933 y ese mismo año entraron los primeros prisioneros. Siempre habíamos pensado que esto había sido cosa de la Segunda Guerra Mundial, pero no. Ya lo empezaron a hacer antes, y bastante antes, como que 6 años estuvieron sin que nadie abriera la boca.
Esto te hace pensar que la intervención de EEUU, dentro de lo que necesaria que fue, no tuvo nada que ver con las barbaridades que hicieron sino con el hecho del imperialismo en sí. Es muy triste, sobre todo porque se pueden ver reportajes de periódicos extranjeros de la época, exaltando lo maravilloso de los campos de trabajo donde lo peor de la sociedad podía reconducirse y trabajaba en muy buenas condiciones al servicio de la recuperación alemana. Y eso, tan sólo viendo las instalaciones, deja mucho que desear del periodismo internacional.
Por cierto, y para terminar, hablando de la recuperación alemana, Hitler prometió sacar a Alemania de la crisis y lo hizo. "¿Y cómo?", nos preguntamos. Pues nacionalizando, interviniendo en todas las empresas alemanas y poniendo a todos los putos alemanes a hacer armas o coches. Pasaron de un 30,8% de paro en la década de 1920 a un 1% en 1938. Acojonante.
En una presentación que encontré sobre La economía en el periodo de entreguerras (1918 - 1939), viene en la diapositiva 20 una grafiquita monísima con la evolución del PIB de varios países en esa época, y es impresionante cómo se ve claramente un cambio de tendencia en 1933 nada más subir Hitler al poder. El tío era una gran hijo de puta, pero desde luego sabía lo que hacía.

Bueno, hoy para compensar me he dedicado a cosas de mujeres. No, a cambiarme el tampón solamente no, me refería a teñirme el pelo, poner lavadoras y limpiar. Lo necesitaba, de cuando en cuando dedicar un día al marujeo viene bien.
¡Que tengáis buena semana!
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Página Oficial KZ-Gedenkstätte Dachau

miércoles, 14 de marzo de 2012

La perfección alemana

La verdad que sería más correcto llamarla la perfección alemana percibida.
Porque otra cosa no, pero de lo que sí me ha valido la reunión de hoy en Viena ha sido para darme cuenta de lo fácil que es echar por tierra todas las buenas intenciones y las cosas bien hechas que yo les daba por supuestas a los alemanes.
Al parecer es una cosa estándar, que si el jefe o el responsable de un grupo de personas es un desastre, las cosas se hacen poco, mal y tarde. Lo digo también por mí, que cuando me ha tocado llevar algo que me venía grande al final ha ido todo como a trompicones y eso tampoco está bien. Pero vamos, en este caso me refiero a que la obnubilación que sentía al principio en el trabajo, con su control de versiones, sus proyectos en red y tó la pesca, al final se queda en que la gente no comenta qué ha cambiado, no actualiza el historial y duplica ficheros con nombres absurdos como "Hoja BB_1". Ya lo próximo sería nombrar a las variables como aux_1_a_temp y podría ser cualquier empresa española.
El caso es que no sólo ha sido un viaje esclarecedor en la parte profesional, sino también en la práctica. El pobre de mi compañero, que me habían avisado que tuviera cuidado de no perder, no se ha perdido a sí mismo pero sí a su cartera. Como hay millones de policías en Baviera sin nada que hacer, había una pareja pidiendo documentaciones en el tren al pasar la frontera. Ser seremos UE, pero por si acaso que los moros no pasen, no?
Bueno, gracias a eso nos hemos enterado pronto de la pérdida, pero no ha servido de nada. Dos horas después y 15€ de saldo más pobres, hemos llegado a Múnich y nos hemos ido a casa sin haber podido ni bloquear la tarjeta de crédito ni llamar a la estación de Salzburgo para saber si habían encontrado la cartera en la estación. No digo que durante el viaje en tren no tenga excusa, que si la cobertura, que si el menú no me entero... ¿pero una vez en Múnich? Vamos, a mí que estas cosas me han pasado en varios países ya, recuerdo que la última vez en cosa de 2 minutos (todo gracias al iPhone de cierto compañero, todo hay que decirlo), sólo con mi DNI y mi nombre tenía bloqueadas todas mis tarjetas. A lo mejor no es la mejor solución, pero desde luego es la más segura. Aquí no, que si nombre completo, fecha de nacimiento, número de cuenta, número de identificación del banco... y al final para nada.
Eso sí, la corrección no la pierden. Porque yo ya me habría estado cagando en su puta madre y gritando que vaya puta vergüenza de banco, y el alemán no. "Muchas gracias, muy amable. No, nada, que cuando lo consigan me llaman".
Lo mismo es que aquí si encuentran tu cartera no pasa nada y no te roban, que todo puede ser. Mañana os cuento.
¡Buenas noches!

domingo, 11 de marzo de 2012

De la emigración a Alemania y otras tontás

El otro día me preguntaba una amiga que qué opinaba del reportaje de El Follonero sobre venirse a Alemania y que por qué no hablaba de eso en mi blog en vez de cosas tontas como qué he comido o si en mi trabajo jugamos al futbolín.
El caso es que lleva parte de razón. Ahora que estoy aquí siempre cuento tontás y luego parece que al fin y al cabo no me importa demasiado lo que está pasando y claro, eso tampoco es verdad.
Lo primero del programa decir que me parece fatal que mientan. Una cosa que vi antes de venir aquí y que me sorprendió más que cualquier otra, es que el descanso en el trabajo es un derecho, pero también una obligación. Aquí corresponden 45 minutos de descanso para una jornada de trabajo normal, que no está incluida en las horas de trabajo. Normalmente se usa para comer, pero no puedes no hacerla. Es decir, que no puedes coger y decir "pues yo como en 15 minutos delante del ordenador [como se veía en el vídeo] y salgo media hora antes". No, de hecho en mi empresa y en todas las que conozco aquí en Baviera, cuando metes las horas trabajadas por días te descuentan automáticamente esos 45 minutos, los hayas trabajado o no, así que es mejor que no porque si no total te va a dar lo mismo.
Eso por ejemplo me hubiera gustado que saliera, para que la gente vea cómo es la mentalidad. Que las normas no son sólo para tener derechos cuando nos toca pero luego saltárnoslas cuando nos parece. No sé cómo es el mundo sanitario aquí, pero desde luego me hubiera gustado que más de un médico o un veterinario español viera cómo es esto.
Otra cosa que no me acabó de convencer es la chica esa que sale que cobra 700€ al mes por 30 horas de trabajo a la semana como camarera. Es una chica que se viene a Alemania "para ser azafata de Lufthansa". Eso es como ser azafata de Iberia en España, que digo yo que las señoras que ya están dentro pues no se van a jubilar mañana. Si me hubiera dicho que quería ser de easyjet o de Ryanair todavía, pero de una empresa que tiene 100 años casi pues no sé... El caso es que no se sabe si la chica hablaba muy bien alemán o no cuando llegó, pero no tiene pinta, cosa importante en general, y dice que ahora que ha aprendido sigue de camarera. Pues yo no sé cómo lo ve ella, pero en una ciudad como Colonia donde una habitación en el centro sale fácilmente por unos 300€ con todos los gastos incluidos, no me parece una locura cobrar 700€ por un trabajo que no es siquiera de 40 horas. No es para tirar cohetes, pero en Madrid puedes cobrar perfectamente lo mismo por jornada completa y para pagar ese alquiler tienes que vivir a tomar por culo.
En fin, no me quería enrollar tanto, pero sí que no quería dejar pasar el tema y al final que todo el mundo piense que aquí se estafa mucho más de lo que se cree. Claro que hay minijobs y trabajos de mierda, en los que también se cotiza por cierto, pero apenas se ve gente pidiendo, ni sin techo, y sabiendo el idioma o al menos bien inglés puedes ser mozo de almacén por 1500€ al mes en un pueblo del culo de Alemania. Desde luego si te vas a Berlín que es la ciudad más barata y con más paro juvenil, pues la cosa va a estar complicada. Pero como todo, vete a vender joyas a Cádiz a ver qué tal.

lunes, 5 de marzo de 2012

La comida más rara del mundo

Bueno, bah, igual es un poco exagerar, pero reconoced que desde que estoy aquí he comido y/o bebido cosas bastante fuera de lo común e incluso de lo alemán. Y todo por integrarme.
Voy a tener que tener cuidao, porque a este paso me tiro por el barranco o me como cosas que no deban... comerse :P
La primera noche fue el chai picante. Calentico estaba bueno, pero cuando empezó a enfriarse eso no había quien se lo bebiera. Y luego los ardores, que eso es capítulo aparte.
Luego el sábado el comer una clara con limón y un brezen como único almuerzo. A lo lejos divisé una mezcla de queso con algo naranja y pan para untar, pero no lo comimos, aunque igual nos hubiera dao las fuerzas que no nos dio el resto, no?
Y anoche el cúlmen de lo absurdo: comer todo cosas que conoces, pero de una forma tan extraña que no sabes por dónde empezar. Por lo pronto aquí la peña pela las patatas cocidas como en el aire, pinchándolas con un tenedor y quitando la piel con el cuchillo como si estuvieras en pleno campo. Para ser gente que no come nunca con las manos, el hecho de no apoyarte en un plato me sorprendió bastante. Y luego se mezcla con verdurica cocida, que parece acelga pero no lo es, y con ensalada de endivias con vinagre. Yo qué sé, por poner ya podría llevar boniatos (patatas dulces, toma ya). Ah no, que eso lo lleva el estofado de ternera XDD
Hoy ya me he rendido, y cuando me han ofrecido comerme los restos de su cena me he dicho "total, algún día tendrás que acostumbrarte". Ellos intentan hacer comida sana, y la cosa empieza bien, que si champiñones a la plancha, que si zanahorias... pero con nata, que si Quinoa... ¿pero qué coño es eso? ¿Puede alguien explicarme qué hace un señor germano de raza superior comiendo una semillica que se cultiva en los Andes?
Bueno, por ahora seguiré con mi rutina, y mirando todos los días la carta del comedor de la empresa antes de ir, a ver si por fin dejan de sorprenderme los Käsespäzle, las bolas dulces rellenas como comida principal y las cosas que "no" pican.
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Actualización: esta vez por culpa mía propia, me estoy intentando beber un zumo de Pink Grapefuit. En la Wikipedia pone que es mezcla de pomelo y naranja dulce. Pues el pomelo lo ha catado, pero lo de dulce... suputamadre.

jueves, 1 de marzo de 2012

En mi pequeño palacio

Pues eso, que ya estoy instalada. Bueno, en realidad no, y no es que esté como en la foto, pero ahora mismo estoy deshaciendo las maletas y está todo un poco manga por hombro.
Por lo pronto he puesto el abrigo en la percha de detrás de la puerta porque eso de tener una puerta alemana de cristal traslúcido todavía no me resulta del todo cómodo.
Ah, aviso a visitas: en las ventanas lo que hay son los estores esos guarros, nada de persianas, doble contraventana ni pollas.
La verdad que aunque no lo creáis, a mí que vengo del Jhony (transcrito por mi madre) me parece una pasada. No es que sea barata la habitación, pero tener un sitio con dos estancias separadas ¡reales!, con sofá de 3 plazas y una estantería tan grande que la cama de 1,40 parece individual, creo que está más que bien.
Por ahora los compañeros muy majos, me han dado té picante y me han ofrecido cenar, edredón y bayeta para limpiar, porque el anterior lo que viene siendo quitar el polvo como que no. Y eso que con tanto mueble blanco se nota un montón.
Ya os seguiré contando. ¡Buenas noches!