miércoles, 2 de mayo de 2012

El mundo al revés

Foto: Maibaum Aufstellung
Aquí dicen que soy morena de pelo y de piel. Es lo que tienen estas cosas, claro.
Sin embargo ayer en el Biergarten del Seehaus, en el Englischer Garten (lo que viene siendo en la terracica al lado del lago del parque inglés) nos sentamos con unos españoles, pero con mucha mucha pinta de españoles, que no hizo falta que abrieran la boca para saberlo, y pensaron que era alemana.
¿Y cómo puede ser eso, diréis? Si tienes el pelo oscuro y estás morena. Bueno, he de decir que estoy mucho más morena de lo que estaría a estas alturas en cualquier otra época de mi vida, e infinitamente más que en cualquier momento en Madrid antes de ir a la playa, con ese blanco metro que tanto le gusta a mi madre, pero el truco no es ése. El caso es que iba con mi Dirndl, así una tarde cualquiera de un día de fiesta, rodeada de alemanes con ropa de calle.
No es que esté loca ni que me haya enamorado del Dirndl (empiezo a pensar que sí que un poco más ajustadito no estaría mal), sino que ayer hicieron lo de levantar el árbol, bueno, el tronco pintado de azul y blanco, y luego cuando me iba a cambiar una amiga me convenció para que me lo dejara y ponerse ella el suyo. Sí, habéis leído bien, porque aquí tengo amigas. Ésta en particular está casada y casi que apenas nos conocemos, pero comparado con mi historial, quedar para ponernos la ropa a juego creo que es prácticamente amistad, no? jejeje...

Así que nada, allí estaba yo con mi Dirndl, sin las gafas de sol (maldita la gracia) y hablando mi alemañol, cuando unos compatriotas me confundieron con germana.
Hay quien me ha dicho que este año no tengo excusa para vestirme de rociera en La Línea, y otros que dicen que si no me da vergüenza cuando no he vuelto a tener ni a ponerme traje de gitana el Día de la Cruz desde que tengo más de 5 años. Pues no sé chica, es difícil de explicar.
Puede que sea una necesidad de encajar, de sentirte parte de la ciudad para que el contraste y la sensación de no pertener a ningún sitio se relaje un poco. Puede que sea por disfrazarnos, como dicen otras, o simplemente porque es la novedad.
El caso es que me gusta, que, quitando cuando me siento la única extranjera con ello puesto como ayer, sí que suele haber bastante gente con ello, y que es primavera y hace sol, y parece que ahora mismo sólo se puede ser feliz.
En realidad no es que lo sea, pero por lo menos se intenta parecer bastante.

1 comentario:

  1. Pues yo coincido contigo... después de renegar durante meses (solo llevo aqui desde agosto) en un arranque de euforia el 30 de abril me compré uno para estrenarlo el 1 de mayo.... ahora incluso me arrepiento de o haberme gastado un poco más de dinerico porque el experimento salió muy bien... y es que el Dirndl sienta de maravilla, seas rubia o morena e independientemente de tu talla de yasabes!

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